Las unidades aéreas navales carecen de límites a la hora de disponer y emplear cualquier tipo de munición. Esto implica que un enemigo puede esperar recibir desde bombas guiadas de precisión con alto poder de penetración hasta un ataque nuclear, pasando por bombas de racimo. Para una nación con intenciones hostiles, estas amenazas cumplen a menudo el objetivo final de disuadirla de utilizar la fuerza contra un país vecino.
Pág. 36